
En 2010, fue cuando se detuvo el empleo de los implantes PIP en España y Francia, causado por el alto nivel de prótesis rotas, pero el nuevo avisó se produjo a mitad del pasado diciembre, cuando se detectaron ocho incidencias de cáncer, y va aumentando el número, en la actualidad ya son 20. Aunque no hay una relación entre la utilización de estos aparatos y el cáncer.
Se evalúa que en todo el mundo hay , entre unas 400.000 y 500.000 mujeres podrían llevar prótesis de este tipo, entre 10.000 y 12.000 se sitúa el número de afectadas en nuestro país, aunque no es exacto ya que no existe ningún registro sobre el número de implantes mamarios hechos.
Los principales inconvenientes de las prótesis de PIP es que tienen un mayor riesgo de romperse, más que el de otras prótesis
mamarias, ya que si fueran
unas prótesis diferente de las PIP, durarían entre 20 y 25 años, aunque las
mujeres deberían de exponerse a una segunda cirugía para retirar o ajustar los
implantes.
Otro caso que puede darse es que la silicona se mezcle en los tejidos, en esta situación el problema no sería muy grave ya que los componentes no son tóxicos, pero se debería de retirar la silicona de los tejidos; no tiene mucha
dificultad limpiar el rastro de silicona del organismo, pero algunos
especialistas aseguran que es muy difícil la eliminación por completo de la
sustancia cuando se ha infiltrado en las distintas estructuras como el sistema
linfático. Aún no se domina el efecto
que puede causar sobre el organismo a largo plazo. Al romperse la prótesis puede que la mujer sienta molestias o no, y si al salir la silicona es absorbida por el sistema linfático y genera la inflamación de los ganglios lo que requiere, en algunos casos, la extirpación de estas estructuras.
Las autoridades sanitarios de Francia recomiendan que las mujeres que lleven estas prótesis que se las
quiten de forma preventiva, antes que se rompan, y ellos pagarán el coste de su
retiro. En cambio en España se aconseja que las portadoras vayan al médico y
que se sometan a un seguimiento adecuado, que incluya un control ecográfico
anual. Aunque muchas de ellas no entienden el por qué hay que esperar a que
las prótesis se rompan para extraerlas de su cuerpo, y piden que la
Administración pague el coste de su retirada.
En mi opinión, tanto en Francia, España o donde sea deberían de retirar las prótesis de los cuerpos de las mujeres, puede ser que hasta que no se rompan no perjudique a la persona, pero no tiene ningún fin beneficioso permanecer dentro de su organismo, y supongo que cualquier tipo de mujer sobrepondría su salud antes a la belleza.
La información ha sido sacado de EL MUNDO